Tiene previsto culminar con una tercera novela una trilogía sobre la comunidad judía ciudarrealeña / Patricia Galiana
Presenta en la Biblioteca Pública del Estado su segunda novela sobre una comunidad de relevancia a nivel comercial que fue acosada y perseguida
No hay en el callejero indicios sobre el pasado de la comunidad judía en Ciudad Real ni placas en edificios al respecto, lamenta Manuel Cabezas Velasco, que utiliza la novela histórica para dar visibilidad a una población que fue acosada y perseguida, con cruciales decretos como el de 1492 de su expulsión.
Tras iniciar con ‘La huida del Heresiarca’ una trilogía que en su conjunto proporcionará una amplia panorámica de los judíos y judeoconversos en Ciudad Real, presentó este martes en la Biblioteca Pública del Estado la segunda entrega, ‘Las pesquisas del trapero’, con Juan de la Sierra, comerciante textil o mercader de paños, como protagonista, que alcanzó relevantes cotas económicas, “incluso con contratos con el rey de Portugal”, llegando a gestionar “un volumen de negocio equiparable al veinte por ciento de la producción pañera que tenía Cuenca en la época”, lo cual era “una bestialidad”.
La llegada en 1483 de la Inquisición a Ciudad Real le trajo “muchos problemas” y, más tarde, se vio obligado, para mantener su estatus a nivel comercial, a la búsqueda hasta Portugal de su madre, quien ya había sido condenada in absentia y a sul regreso se ve instada a ir a Toledo “donde morirá en las hogueras de la Plaza de Zodocover”.

Esta tragedia genera “una crisis de identidad” en De la Sierra, que si bien optó por ser ‘reconciliado’ en tiempos de la llegada de la Inquisición a Ciudad Real, pasa a tornarse “de nuevo judío cuando se entera de la muerte de su madre” en la capital toledana en 1492.
Amor, miedo, persecuciones, el dolor del exilio y la oscuridad de los miembros del Santo Oficio son algunos de los ingredientes de esta novela histórica, así como el negocio textil, de la trapería y la relevancia del comercio de la lana en la Castilla del siglo XV, comenta Cabezas, que rescata con sus dos novelas el pasado de la judería ciudarrealeña que se vio especialmente acosada desde 1391, por “la onda expansiva” del progrom acaecido en Sevilla que asoló a muchas juderías y la ola de antisemitismo en las primeras décadas del siglo XV que obligó a conversiones en masa, incrementándose el asedio a los judeoconversos con la instauración en Ciudad Real de la Inquisición en 1483.
Salvo las descripciones sobre la judería del presbítero Delgado Merchán en su ‘Historia documentada’, de finales del XIX y principios del XX, y, más recientemente, las investigaciones del historiador israelí Haim Beinart, que recuperó transcribiendo los procesos de la Inquisición que se hicieron en el Tribunal de Ciudad Real y apadrinó un congreso de judíos en 1985 en la capital manchega, fue precisamente la escasa información y difusión sobre la ciudarrealeña comunidad judía lo que atrajo a Cabezas, geógrafo e historiador, a rescatar esta parte de la historia de la ciudad, siendo el acicate contemplar el carillón en la Casa del Arco, de donde salen figuras cervantinas, y encontrarse con que este edificio fue la casa-tienda del lencero Alvar Díaz “en los tiempos en los que se instauró aquí la Inquisición”.

El también historiador y técnico de la Biblioteca Pública del Estado, Esteban Jiménez; y la doctora en Geografía de la UCLM, María Ángeles Rodríguez Domenech, participaron en la puesta de largo de ‘Las pesquisas del trapero’ y destacaron la recreación en la novela de cómo fue la judería ciudarrealeña de la que quedan muy pocos vestigios, la rigurosa investigación sobre la sociedad conversa de la época y el recorrido que propician las tramas por otras juderías como las de Zaragoza, Hervás, Toledo y Segovia con unos “personajes que van creciendo” a lo largo de la obra.
La humanidad aflora en esta novela, donde la envidia trunca la convivencia entre comunidades, con una gran cantidad de datos históricos y geográficos enlazados en la trama de “una obra que es la punta del icerberg del conocimiento y descubrimiento de este período histórico”, expuso Rodríguez Domenech.