Las leyendas de la calle Pimienta, en el barrio de Santa Cruz de Sevilla

La calle Pimienta sigue la estela de lo que fue el centro de la judería de Sevilla, allá por el siglo XIV

Macetas en la calle Jamerdana, y al fondo, la popular Hostería del Laurel. / JOSÉ ÁNGEL GARCÍA
Macetas en la calle Jamerdana, y al fondo, la popular Hostería del Laurel. / JOSÉ ÁNGEL GARCÍA

El barrio de Santa Cruz es uno de los lugares emblemáticos de Sevilla, gracias a sus calles y edificios que aún se mantienen en pie, algunos de la época almohade. Algunas de las diferentes calles del barrio de Santa Cruz esconden historias y leyendas que todo sevillano y persona que visite Sevilla debe conocer.

Una de las calles más emblemáticas de este barrio es la calle Pimienta, en pleno corazón del barrio. Dicha calle se sitúa entre dos casas y cuenta con un tramo corto y sigue la estela de lo que fue el centro de la judería de Sevilla, allá por el siglo XIV. También hay que decir que es conocida por su estrechez, ya que apenas cabe un coche, aunque la calle es peatonal.

Hoy en día, en esta calle, podemos encontrar tiendas de recuerdos, de artesanía y algún que otro alojamiento turístico. Conecta directamente con el Callejón del Agua, una de las principales calles de la antigua judería, dedicada a Don José Sebastián Bandarán, quien fuese canónigo de la Catedral de Sevilla.

En cuanto al nombre de la calle Pimienta hay varias leyendas sobre el origen de su nombre. Una de las historias populares cuenta que en esta calle habitaba un importante comerciante judío de especias que no atravesaba una próspera situación. Atribuía la desdicha de su negocio a Dios y blasfemaba contra él hasta que un caballero que pasaba por allí lo escuchó y le reprendió. El comerciante, dándose cuenta de su error, rompió a llorar y cada lágrima que derramaba se convertía en una rama de pimienta.

Otra de las leyendas cuenta que un judío fue a pedirle pimienta a un vecino cristiano. Ante la negativa de éste al no disponer de ella y de decirle que no se preocupara porque «Dios proveería«, se marchó algo incrédulo ante la respuesta del cristiano. Justo a la mañana siguiente, cuando el judío salía a la calle, frente a su casa encontró un árbol lleno de pimienta.

La última de las teorías habla de que el nombre de esta calle está en que allí vivía una persona conocida por la sociedad sevillana como el Caballero de la Pimienta.

Por: P.G.L.
Fuente: DIario de Sevilla | 11.9.2022

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