Mario Lozano Alonso. Licenciado en Historia.
El reciente hallazgo de los restos de la Puerta de Cal de Moros en un solar del popular Barrio Húmedo[1], representa una buena oportunidad de conservación de uno de los escasos restos que quedan de la aljama bajomedieval leonesa.
Durante el siglo XIV la ciudad de León había desbordado las viejas murallas romanas, surgiendo la necesidad de construir una nueva muralla que resguarde al Burgo Nuevo que, fruto de la expansión de la ciudad, surge al sur del rectángulo romano, y que era el principal barrio comercial y artesanal.
La puerta de Cal de Moros, una de las ocho entradas de esta nueva cerca, permitía el acceso a la ciudad desde el arrabal de Santa Ana. Ya en el interior del recinto murado, la principal calle que terminaba en dicha puerta era la de Cal de Moros, a su vez eje principal de la judería leonesa, pues en ella se encontraba la sinagoga, si bien no conocemos su ubicación exacta.
Sin embargo, la puerta tuvo otras funciones diferentes a la defensiva, pues sirvió a la comunidad judía. Tenemos constancia de que sobre el vano de la puerta existía una sala en la que se reunía el tribunal judío leonés para dirimir sus causas.
La existencia de una sala sobre una puerta de la ciudad no era extraña en la ciudad, pues sabemos que la Poridad, el concejo de «omes bonos» leonés de la Edad Moderna, se reunía en una torre sobre la Puerta Cauriense o Corés[2].
Según la descripción de Juan Carlos Ponga, la puerta constaba de un arco de medio punto enmarcado por dos torreones[3], no siendo demasiado descabellado suponer que sobre dicho arco, y entre las torres, podría haberse ubicado la sala del tribunal hebreo.
La puerta, con el paso del tiempo, cambiará de nombre a Puerta de Santa Ana por ser la salida a dicho arrabal. Será derribada en 1866 por orden del alcalde Pablo de León y Brizuela. Por desgracia, no se conservan ilustraciones de la época que muestren su aspecto.
Los restos aparecidos en este año 2010 son de gran importancia, por la práctica inexistencia de restos visibles de la aljama bajomedieval leonesa. Ni siquiera el trazado de las calles actuales coincide plenamente con el de las medievales, ya que han sufrido ensanches o bien otro tipo de reestructuraciones.
Preservar esta puerta se tiene que convertir en una prioridad para el Ayuntamiento y la ciudadanía. Lo aconsejable sería conservar los restos integrados en la nueva edificación, habilitándoles una pequeña sala en la que puedan ser visitados, de un modo similar a como se ha hecho con los restos del anfiteatro de la calle Cascalerías.
Podría integrarse esta sala en una ruta temática bien organizada por la judería leonesa que, a nuestro juicio, nunca estará completa hasta que no realice una excavación definitiva del Castrum Iudeorum de Puente Castro, y que se cree un museo judío en el que se muestre la riqueza de la que fue la principal aljama del norte de Sefarad.
Sólo de esa manera se logrará hacer justicia con el rico legado judío de León, que aún hoy permanece injustamente olvidado.



[1]Ver ubicación en mapa adjunto.
[2] Este dato lo recoge César Álvarez Álvarez en su obra La ciudad de León en la Baja Edad Media. Se habla de que en 1374 el concejo se reunía en “la torre de sobre puerta Corés”.
[3] Ponga Mayo, J.C. León perdido. Construcciones singulares desaparecidas en la ciudad de León 1800 a 2000. León, 2009. Pág. 33.
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