Tomás García Figueras (Jerez de la Frontera 1892-1981) fue un militar e historiador que en 1966 donó a la Biblioteca Nacional de España su biblioteca y archivo personales.
García Figueras residió en Marruecos durante el Protectorado español (primero entre 1921 y 1931 y, posteriormente, entre 1936 y la independencia del país en 1956), donde ocupó, entre otros cargos, el de Delegado de Asuntos Indígenas. En la vida civil fue alcalde de Jerez de la Frontera entre 1958 y 1966; desarrolló también una importante labor como estudioso de la cultura marroquí, historiador africanista y cronista de su ciudad natal, lo que le mereció ser nombrado miembro de la Real Academia de la Historia.
La piratería en el Mediterráneo occidental y en el Atlántico en los siglos XVII y XVIII [Material cartográfico]
Formó una enorme colección bibliográfica y documental especializada en el mundo árabe e islámico, y especialmente en el del norte de África, con más de 6.000 libros, cerca de 12.000 folletos, una colección de revistas y periódicos de 400 títulos, mapas, dibujos y grabados, tarjetas postales, fotografías y documentos manuscritos y mecanoscritos. Todos estos materiales forman parte de su donación a la Biblioteca Nacional de España.
Entre 1936 y 1938, García Figueras emprendió la labor de recolectar romances tradicionales en las comunidades sefardíes de Marruecos. Con ellos planeaba publicar un libro en el que la edición de cada romance debía de ir acompañada por una ilustración del pintor africanista Mariano Bertuchi.
Por lo que sabemos, este libro nunca llegó a publicarse, pero tanto los materiales de las encuestas de campo de recogida de romances como los que sirvieron para la preparación del libro se conservan en la Sala Cervantes de la Biblioteca Nacional de España.
En su estado actual, la colección está compuesta por cinco cajas de archivo, que contienen cada una un número variable de carpetas de cartulina (entre 13 y 40); en el interior de cada una de las carpetas, a su vez, hay hojas manuscritas y mecanoscritas (entre 5 y 160 hojas por carpeta) que contienen versiones de romances, cuadernos de encuesta, anotaciones, cartas y otros documentos.
En total, la colección consta de más de un centenar de romances distintos, cada uno de ellos representado por varias versiones, por lo que el número total de textos se acerca a los trescientos. La mayoría de los romances fueron recogidos de la tradición oral de Larache y de Arcila, aunque hay también versiones de Tetuán, Alcazarquivir y alguna de Xauen.
Para su recolección, García Figueras no trabajó solo, sino que contó con la ayuda de varios colaboradores, entre ellos el coronel del ejército español Antonio García Gracia y varias maestras de escuelas españolas del Protectorado, que recogieron romances entre los alumnos sefardíes y sus familias. Entre las corresponsales sefardíes que encuestaron y le enviaron romances están Celia Benchimol, Camila Chocrón y Estrella Sananes.
Estrella Sananes, originaria de Tetuán, conocía de primera mano la tradición oral de Marruecos, ya que fue una de las dos jóvenes que cantaron romances sefardíes para las grabaciones de los discos del Archivo de la Palabra, un proyecto de la Junta para Ampliación de Estudios emprendido por Tomás Navarro Tomás y Eduardo Martínez Torner en 1931. En 1937 y 1938 era maestra en Arcila, y allí recogió, entre los niños judíos de su escuela, numerosas versiones de romances, que envió a García Figueras. La otra joven sefardí que cantó con Estrella Sananes romances para el Archivo de la Palabra se llamaba Yohébed Chocrón. La Camila Chocrón que recogió romances de para García Figueras tal vez sea la misma Yohébed, u otra mujer de su familia.
La colección de romances sefardíes del legado de Tomás García Figueras se encuentra ahora en proceso de descripción pormenorizada de los documentos, lo que facilitará su posterior estudio y eventual edición de los textos.
Se trata de una colección de gran valor e interés, no sólo por las fechas de la recolección (en plena Guerra Civil española, en un período poco documentado de la tradición marroquí), sino también por las localidades encuestadas, ya que aporta versiones de tradiciones poco o nada exploradas, como las de Larache, Arcila o Xauen.
En todo caso, la colección constituye un corpus considerable, que viene a aumentar notablemente el conjunto de las versiones conocidas de la tradición romancística sefardí de Marruecos, entonces viva y hoy prácticamente desaparecida.
Por Paloma Díaz-Mas (CSIC)
Fuente: El blog dela Biblioteca Nacional de España 14.12.2017