Isaac Chocrón recibe un merecido homenaje del ICVI en el Museo Sefardí de Caracas

El pasado martes 27 de julio, las puertas del Museo Sefardí de Caracas se abrieron para recibir a un importante número de amigos del gran dramaturgo venezolano Isaac Chocrón y con él festejar el merecido reconocimiento a una vida de talento y creación que acertadamente le organizó el Instituto Cultural Venezolano Israelí (ICVI).
 
 Consideramos lo adecuado, reproducir las palabras ofrecidas por el Dr. Freddy Malpica, Presidente de Instituto, quien de manera muy completa brindó un “Paneo” por la vida y la obra de este maracayero orgullo tanto de Venezuela, como de la Comunidad Judía del país.

«Introducción:

 
 

Cuando Celina habló con Isaac sobre el homenaje que la directiva del ICVI quería hacerle, le propuso que iríamos a su casa para entregarle el reconocimiento, Isaac le dijo que si aceptaba el homenaje, pero que le gustaría recibirlo rodeado de sus amigos y en la Sala de Lectura que lleva su nombre en el museo Sefardí de Caracas, Morris E. Curiel de la Asociación Israelita de Venezuela. Y aquí estamos para reconocer tus aportes a la literatura y al arte de Venezuela y del mundo, y a la vez para expresarte que te seguimos queriendo y admirando.

Sus primeros 24 años, la formación básica.

Pienso que para comprender mejor la vida y obra de ICH, es necesario conocer la formación de Isaac durante sus primeros 24 años de vida.

En su libro autobiográfico “El vergel”, Isaac expresa “me dijeron que nací a las 7:30 am del día 25 de septiembre de 1930 en una casona de la Avenida Bolívar de Maracay, a dos cuadras de la Catedral”. En la ciudad jardín, aprendió a leer y escribir con la ayuda de las monjas de la Consolación y cursó la primaria en el Instituto Madariaga.

Su papá, Elías Chocrón, asumió la responsabilidad de la crianza y educación de sus hijos. El Sr. Elías era practicante de las costumbres y religión judías y un amante de la fiesta brava. Los recuerdos de sus estudios primarios, los rezos y los toros durante los 7 años que vivió en Maracay, permanecen en su memoria. Sin embargo, Isaac reconoce que fue un niño de una infancia muy triste. Nos dice que “estar en Maracay es como ver eso que en pintura se llama pentimento: a medida que el óleo se envejece, se vuelve transparente. Esto permite ver, en algunos cuadros, las primeras líneas que trazó el pintor y de las que luego se arrepintió, para dibujar otras encima. Así se puede ver lo quedó del inicio por debajo de lo actual. Por ello, Isaac dice: Maracay, mi pentimento!

A la caída del régimen gomecista se trasladaron a Caracas. En la capital vive en la urbanización El Conde, donde su prima hermana mayor, Esther, llamada cariñosamente la Titonga, se convirtió en su madre, hermana, guía y compañera, y tendrá un lugar especial en su vida y obra. Completó su primaria en la Escuela Experimental Venezuela, allí conoce a Román Chalbaud y Vicente Nebrada. En esta escuela comienza a mostrarse la inclinación de Isaac y Román por el teatro en los actos de fin de curso.

Al finalizar la primaria ingresa al colegio América para cursar el bachillerato. Aquí su talento literario lo lleva a ganar, bajo diferentes seudónimos, los concursos de cuentos que cada mes se abrían en el colegio. Cuentan que ante el consuetudinario ganador el jurado decidió suspender el concurso.

Después de dos años en el Colegio América, Don Elías lo envió a estudiar inglés en el Instituto Militar de Bordentown, en Bordentown, N.J. Allí, no solo aprendió inglés, si no que culminó su bachillerato. Como nos dice Abraham Levy, en su libro Dejando Huella, “Isaac pese a su estadía en una institución militar, nunca marchó ni limpió un rifle, la exoneración de estas tareas se debió a que era el director del teatro, de un grupo literario y de una revista. Estas actividades le ocupaban prácticamente todo su tiempo”. En Bordentown recuperó su condición de niño zurdo, inclinación natural que las monjas de la Consolación en Maracay le habían hecho cambiar. Así, a las seis semanas de su ingreso el “gordito venezolano” escribía perfectamente con su mano izquierda.

Al culminar su high school ingresó en la Universidad de Syracuse, N.Y, donde, luego de cuatro años (1948-1952), obtuvo su licenciatura en Economía. En Syracuse colabora con la revista literaria Dilemma, con doble m, en la cual publica piezas teatrales en un solo acto. El nombre de la revista fue sugerido por el propio Isaac, como reflejo de una confesión personal, ya que en esos días se debatía entre la economía y lo que le gustaba hacer: la creación literaria y el teatro. El verano lo pasaba en Venezuela, al desembarcar en la Guaira le regalaba a su padre las buenas notas que había obtenido en la universidad.

A fin de seguir estudios de postgrado se inscribió en la Escuela de Asuntos Internacionales de la Universidad de Columbia, donde finalizó una maestría en Economía Internacional. Durante este período no abandonó sus actividades literarias, incluso se graduó de promotor cultural, cuestión que le facilitó un ingreso inmediato.

Ya para esta etapa el dilema de su vida había perdido su angustia, sabía que podía hacer lo que debía, y al mismo tiempo hacer lo que quería, sabiendo que esto último sería siempre lo prioritario. Esta bienaventurada reconciliación le dio la seguridad para avanzar en la creación literaria y al mismo tiempo estar preparado para el ejercicio de su profesión.

Al terminar sus estudios en la Universidad de Columbia viaja a París donde pasa un tiempo. Más tarde Isaac relata “un día me di cuenta que no podía seguir evadiendo ese toro que estaba en mi mente: una Venezuela que yo rechazaba porque pensaba que era un país de salvajes […] al día siguiente comencé a pensar seriamente en mi regreso”.

A los 24 años regresa a Venezuela con una visión universal del mundo, con suficiente disciplina intelectual para ejercer una profesión y a la vez continuar desarrollando su vocación literaria, y sobre todo con la seguridad de que podía estar a la altura de su tiempo. El muchacho de Maracay había probado que podía asumir nuevos retos profesionales, académicos y literarios.

Vida profesional

Se incorpora al ministerio de Relaciones Exteriores donde participa por 3 años en posiciones relacionadas con el comercio internacional. Luego, se va a la Universidad de Manchester en el Reino Unido, donde en 1960 obtiene su doctorado en Desarrollo Económico.

Se reincorpora al ministerio de Relaciones Exteriores, luego pasa a la Corporación Venezolana de Fomento y por último al ministerio de Hacienda, en los cuales ocupa importantes cargos. En 1969 toma la decisión de retirarse de la administración publica para dedicarse de lleno a la literatura y al teatro. Había dado su contribución al desarrollo económico del país por más de 10 años y era la hora de asumir a plenitud su vocación literaria.

Retos literarios:

Novelas y ensayos: Su producción literaria abarca novelas y ensayos muy celebrados.

Se inició como novelista, con la obra «Pasaje» de 1956. Entre sus novelas más conocidas, que escribiría después, se encuentran: “Pájaro de mar por tierra, «50 vacas gordas», de 1980, “Toda una dama”, “Pronombres personales” y “El vergel”, esta última de carácter autobiográfico.

Isaac Chocrón también escribió excelentes ensayos, entre otros: «El nuevo teatro venezolano» (1966) y «Tendencias del teatro contemporáneo» (1968), “Tres fechas claves del teatro venezolano”, “Sueño y tragedia en el teatro norteamericano”.

Obras de teatro:

Entre sus obras teatrales más destacadas se encuentran El quinto infierno (1961), Animales feroces (1963), Asia y el Lejano Oriente (1966), Tric Trac (1967), O.K. (1969), La revolución (1971), La máxima felicidad (1975), Mesopotamia (1980), Simón (1983), Clipper (1967), Solimán el magnífico (1991), Tap dance (19) y Los navegaos (2006).

La obra teatral de Isaac Chocrón ha sido analizada en detalle por recocidos críticos venezolanos y extranjeros como Susana Rotker, Carmen Márquez Montes, Julia Roldán, Dennis Klein, quienes coinciden en considerarlo como uno de los grandes dramaturgos de la Venezuela de la última mitad del siglo XX. Además añaden que Isaac es el primer escritor venezolano que se propuso proyectar su obra en el exterior, dando inicio a la universalidad de la literatura venezolana.
 
Por iniciativa de ICH se crea en 1968 El Nuevo Grupo, inicialmente con Miriam Dembo y Román Chalbaud. Luego se unen al grupo John Lange y José Ignacio Cabrujas, luego muchos otros autores y actores. La creación de este grupo no solo se convirtió en el epicentro de la modernización del teatro profesional en Venezuela, sino en un centro de formación de todos los implicados en el hecho escénico: directores, autores, actores, técnicos, productores y críticos. Muchos consideran la creación de este n grupo como un hito que divide la historia del teatro venezolano en antes y después del Nuevo Grupo.

Por sus obras Isaac Chocrón ha recibido numerosos reconocimientos, entre los cuales destaca: el premio nacional de Teatro en 1979 en su primera edición.

Retos académicos

La carrera docente universitaria de Isaac Chocrón se inició en 1978, cuando formó parte del grupo de intelectuales que fundó la escuela de Arte de la Universidad Central de Venezuela, de la cual fue su Director entre 1996 y 1998. Después de una intensa labor de 20 años en los talleres de expresión oral y escrita del primer año, talleres de dramaturgia, tendencias teatrales, en la mención artes escénicas, se jubiló en 1998. La Universidad Central de Venezuela como reconocimiento a su labor docente le otorgó el Doctorado Honoris Causa en el año 2002.

Ha sido profesor visitante en reconocidas universidades norteamericanas, Universidad Simon Bolívar y Universidad Hebrea de Jerusalén.

Dirigido a Isaac Chocrón

Isaac:

Por el reconocimiento nacional e internacional que ha tenido tu obra literaria, por la promoción cultural que has desarrollado en Venezuela, por tu labor docente, por promover las relaciones entre Israel y nuestro país, por ser una referencia de superación permanente para la juventud venezolana y por haber hecho de la amistad un culto, tus compañeros de la Directiva del ICVI sentimos un gran placer en rendirte este merecido homenaje.

Que Dios proteja tu salud y te mantenga entre los últimos de la fila a la hora de elegir, para que sigas escribiendo con la curiosidad y el sentido del humor que te caracteriza; y sobre todo como te dijo Miss Schultz: ¡Mantente en la cima del mundo!

Que sea este evento un preludio para la celebración, en menos de 2 meses, de tus 80 años, y que ese día podamos decirte de acuerdo a la costumbre sefardí:

Isaac, “que cumplas cien” y que nos puedas responder y “tu que los veas, mi bueno”.

Después de estás palabras el homenajeado agradeció de manera rápida, el afecto y la gentileza de todos y junto a Celia Bentata, Secretaria General de ICVI, convidaron a los presentes a un cocktail donde todos pudieron manifestarle su cariño y su jubilo por tantos años de fructífera creación y por el merecido reconocimiento… Con imágenes del evento, se complementa esta cobertura noticiosa.

 
Fuente. Analitica.com

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