INFLUENCIAS EN LA TRADICIÓN y ORTODOXIA JUDEO MAGREBÍ
“El Kidush de Yom Hashabat”
Por el Doctor José Edery Benchluch
Recuerdo hace tres cuartos de siglo, durante mi infancia en mi ciudad natal en Larache (Protectorado de España en Marruecos), en sus clases matinales dominicales de Talmud Torá en su esnoga de la Calle Real a Rebí Abraham Toledano, oriundo de Meknés. Con su serio e irónico semblante, su figura alta y quijotesca y sobre todo su vergajo en la mano, que utilizaba poco, pero causaba mucho respeto. Fabricado como látigo con la verga seca y retorcida de un toro y preparado siempre para calentarnos las palmas de las manos a la primera equivocación; sobre todo cuando meldábamos y repetíamos mal las oraciones del kidush.
Y en especial la de Im tashib mishabat ragleja. Que solía preceder al kidush después del shahrit u oficio de la mañana del Shabat; y que tradicionalmente en los hogares judíos de Marruecos (y pienso que del Magreb también) se meldaba (rezaba) el sábado al medio día antes del kidush. Y ello desde tiempos inmemoriales tanto en la Sinagoga (Esnoga, Bet Kneset, Slat o Bet Tefilá), como en el domicilio.
Rebí Abraham nos decía sin explicarnos, que el contenido principal del kidush sabático como era el Veshamerú Bené Israel…, provenía de Shemot o Éxodo o “Nombres”; es decir de la Torá escrita o “Ley”, que formaba parte de la Mikrá o Tanaj. Mientras que el contenido de Im tashib tenía su origen en el Nabi Yeshayahu o Profeta Isaías. Es decir, en los Neviim o “Libro de los Profetas” del Tanaj; pero no en la Torá Escrita, que es (o debe ser) mas importante generalmente para el shudió. Claro que con nuestros ocho años de edad era como si nos lo dijera en “targum” (arameo), con lo que “nuestro posible gozo cultural caía en un pozo”.
Con los años aprendí el significado y origen del kidush de Yom HaShabat que comienza con Veshamerú , y que encontramos en el capitulo 31, versículo 17 y 18 de Shemot o “Nombres” (uno de los cinco Libros de la Torá o del Pentateuco). Y que se melda (rezo en voz audible) en todo el ámbito religioso judío del Holam (Mundo), sin distinción de ortodoxia sefardí, asquenazí, mizrají, etc; y ya sea en sus ramas conservadora, reformista u ortodoxa.
La oración de Im Tashib que, por tradición y no por ley u halajá, suele preceder en Shabat al kidush de Veshameru, es su autor el primero y mas importante de los cuatro grandes profetas como fue Isaías o Yeshayahu. Y cuyo contenido poético coincide con la condición de vate del autor que vivió durante la dominación babilónica y asiria; es decir entre los siglos VII y VI a. de la EC. Que coincide durante las monarquías de los Reyes de Judá: Uzías, Jotán, Acaz, Ezequías y Manasés. Este último le mandó matar con “una sierra” por protestar y profetizarle Isaías el castigo Divino por permitir el culto pagano en el Sagrado Templo de Jerusalén. Por lo que los judíos bereberes toshabim (autóctonos) de Marruecos no solían utilizar el nombre de este rey y en la bendición a los hijos (“Yesimejá Elohim keEfrayim vejiMnashé”) añadían “ben Yusef” después de Mnasé. Ni tampoco por tradición supersticiosa solían poseer sierras en el domicilio; mientras que los megorashim o “expulsados” (de la Península Ibérica) cuando se referían a Manasés solo conocían a Menashé, el hijo de José y de la egipcia Asenath.
“El halash, pourquoi” de este artículo, es porque desde hace unos pocos unos años, en algunas sinagogas de nuestro país (y quizás también en otros) y/o durante el aperitivo comunitario tras el shahrit, se ha suprimido u olvidado, o no se le ha dado su tradicional y habitual importancia, el meldar o rezar el Im tashib. Lo que a veces coincide con decisiones puntuales o transitorias de algunos morés, shalijei tzibur o jóvenes rabanim, que han estudiado o han hecho aprendizaje o formación rabínica en Israel y que aplican normas que han visto allí. O aún peor, con decisiones o normas propias sin ninguna lógica o base alguna de ortodoxia litúrgica, o simplemente tradicional.
Me figuro o supongo que estos personales cambios son por influencia predominante cultural de la ortodoxia rabínica y/o litúrgica asquenazí de origen europeo, tan destacada en Israel. Y a expensas de la perdida de nuestras seculares tradiciones sefarditas y/o del Magreb al Aksa. Tradiciones o masorot judías tanto sefarditas como bereberes, de megorashim y de toshabim, que en “muestras tierras”, eran casi tan importantes como la dat o religión.
Tradiciones regionales y/o nacionales que positivamente han llenado vacíos culturales o de ignorancia en muchos de nuestros ancestros; y que han servido en parte de elemento de unión y mantenimiento religioso entre nuestro pueblo, en especial el judéo magrebí. Unas tradiciones que para los de mi generación y anteriores, se han asemejado culinariamente a los los condimentos. Como las especias en un cuscús de pascuas, en un pescado cosho de noche de shabat o en una dafina/oriza de Shabat; y que ha enriquecido y ayudado a conservar nuestras sagradas creencias, sobre todo tras o durante periodos de persecuciones y/o expulsiones.
Termino en relación al cambio y cambios expuestos, evocando el contenido de la canción “Cambiar el Mundo” del cantautor judío argentino Alejandro Lerner; y también al judío neoyorquino Woody Allen que decía que “La tradición es la ilusión de la permanencia”. Y sobre todo recordando una anécdota de mi tierra natal y su baydaber (o Al Jasú de Yoha).
Unos comerciantes de la judería le comentaban al conocido personaje popular Yoha las vicisitudes, cambios, vueltas y revueltas que estaba experimentando el “mundo”, a lo que les respondió Yoha: <<”Estarvois tranquilos y sin vueltas ni jarduinas, y dejar el mundo como está”>>. A lo que yo añadiría: “Y dejar nuestras tradiciones como y donde están”.
Por Dr. José Edery Benchluch, “Al Tebíb Harofé”. Madrid y Málaga 2022-5783
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Traducción libre literal del Im tashib (Y.E.A.)
Si por causa del Shabat abstienes a tus pies de hacer tus deseos en mi día santo.
Si llamas al Shabat una delicia, el santo del Eterno, el honrado, lo honras al no llevar
a cabo tus propios caminos, procurar tus deseos o hablar de cosas prohibidas.
Entonces te deleitarás en el Eterno. Yo te haré cabalgar sobre las cimas de la tierra
Y te alimentaré de la heredad de tu padre Yaacob, pues la boca del Eterno ha hablado.
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