Hace unos días, he tenido el honor de ser nombrado presidente de turno de la Red de Juderías, una asociación en la cual nos encontramos varios municipios de todo el Estado, desde localidades cercanas como Tudela, Calahorra o Tarazona, a ciudades como Barcelona, Córdoba o Toledo. Si bien en ellas gobernamos partidos de distinto signo (conservadores, socialistas, federalistas, independentistas de izquierda, etc.), siempre ha primado entre nosotros el entendimiento, ya que se ha priorizado lo que nos une y el objetivo común que tenemos: la dinamización y potenciación de la Red de Juderías.
El pasado mes de junio, asistí a la IV Cumbre Internacional “Erensya” (México) en calidad de vicepresidente de la Red de Juderías-Caminos de Sefarad. Durante esos intensos días, pude estrechar lazos con diferentes comunidades sefardíes procedentes de todo el mundo, conocer sus realidades y, al mismo tiempo, representar a Estella-Lizarra y difundir el amplio legado judío de nuestro pueblo.
En mi intervención, saludé en euskara y aproveché esa circunstancia para hablar de la diversidad cultural que tienen Estella, Navarra y la propia Red de Juderías. Entre esa diversidad cultural debemos incluir, como no, la herencia judía que las diecinueve localidades que conformamos la Red tenemos y ponerla en valor en su conjunto para hacer a esta asociación de municipios atractiva turística y culturalmente. Es lo que quise transmitir a las personas asistentes, intentando despertar en ellas las ganas de visitar y comprobar toda esa diversidad.
Personalmente esa cumbre me enseñó muchas cosas sobre la cultura judía. Es sorprendente ver como cinco siglos después de la expulsión de los judíos de los diferentes reinos que a día de hoy forman el Estado español y portugués, sus descendientes mantienen vínculos con la tierra de sus ancestros. Perdura en estas generaciones el idioma, el ladino, o español antiguo, y costumbres ancestrales, y a la vez destaca el sentimiento de aprecio y la ausencia de rencor… ¡Toda una lección de la minoría más perseguida y estigmatizada a lo largo de la historia!
Es sabido, porque más de una vez lo he dicho públicamente, que no practico ninguna religión, pero que todas ellas me merecen el mismo respeto y que por ello procuro aprender sobre ellas, para saber cómo actuar cuando me toca compartir espacio con alguna. Ese encuentro me sirvió también para corregir un error que yo mismo cometía, que no es otro que pensar que todo lo relacionado con el mundo judío tiene que ir irremediablemente ligado a la religión. Y es que ser judío o judía conlleva unas tradiciones, una forma de vida y en ocasiones una vinculación religiosa, pero no siempre. O por lo menos no de manera tan intensa, hasta el punto de visualizar muchas veces a las personas judías como aquellas caracterizadas o caricaturizadas por pertenecer a las corrientes ortodoxas, por cierto, una ínfima minoría de los judíos.
De igual forma, me sirvió para evidenciar que son muy variadas las opiniones respecto a las actuaciones Gobierno de Israel, y en algunos casos muy críticas. Si bien la legitimación del Estado judío es inmensamente mayoritaria, el apoyo a su Gobierno no lo es tanto. Mi postura de apoyo al pueblo palestino, desde mis convicciones internacionalistas, no fue obstáculo para el debate y pude encontrar numerosas personas de mi misma opinión, personas que buscan una relación pacífica y normalizada entre árabes y judíos.
Ahora ya como presidente de la Red de Juderías-Caminos de Sefarad, en representación de Estella-Lizarra, me tocará representar a diecinueve ciudades, buscar el beneficio común, compartir y departir a menudo con comunidades y entidades judías, del ámbito cultural, del docente, del turístico y del diplomático. En todos estos ámbitos espero estar a la altura de lo que representaré, la Red de Juderías del Estado. Me comprometo a realizar lo mejor posible esta labor, representando a toda la vecindad en su diversidad y riqueza.
La Corporación municipal apoyó permanecer y potenciar la Red de Juderías-Caminos de Sefarad. La nula actividad que en años anteriores había desarrollado el Ayuntamiento en este ámbito, fue motivo para valorar si continuar en ella o no, pero finalmente decidimos seguir dentro y trabajar duro para ser una ciudad activa dentro de la misma, como así hemos demostrado en los últimos meses. Creemos que no es solamente una oportunidad, sino que además es de justicia potenciar un legado que nos pertenece y nos enriquece.
En definitiva, como independentista, como alcalde de Estella-Lizarra, y ahora como presidente de turno de la Red, trabajaré duro para que la propia ciudadanía de Lizarra, además de su origen vascón y su evidente influencia cristiana, conozca mejor su pasado judío, lo ponga en valor, y comprenda que añadiendo todos los ingredientes la ensalada sale más rica. Estella-Lizarra puede ser un plato muy jugoso; tenemos los productos. Solo nos falta aliñarlos bien.
Koldo Leoz Garciandia
Alcalde de Estella-Lizarra
Fuente: estellanoticias.com