La provincia de Cádiz se caracteriza por la disponibilidad de un amplio abanico de recursos y atractivos turísticos. Esta diversidad posibilita a cada visitante o turista satisfacer sus necesidades a lo largo de todo el año. En la actualidad existen cuatro rutas turísticas [1] que abarcan gran parte de la provincia, aunque estas no esgriman la posibilidad de diversificar la oferta existente, dependiendo del desarrollo que se le desee otorgar a la provincia gaditana.
En la actualidad existen numerosos municipios con reminiscencias de carácter arquitectónico o cultural producido por el transito del pueblo fenicio, romano o árabe. Dichas culturas podrían eclipsar actualmente, sobre todo por la presencia de restos arqueológicos, el fragmento histórico judío que completa el panorama histórico del medievo. En la mayoría de los casos no existen vestigios físicos de la herencia sefardí en las diversas localidades, sin embargo son muchos los pueblos y ciudades en los que de alguna manera se hicieron los judíos presente.
Podemos partir de la hipótesis que el conjunto de la provincia consto con una comunidad judía extendida, por lo que solo haremos referencia a aquellas que por alguna peculiaridad resalten, respetando a las demás existentes.
El papel relevante de la casa ducal de Medina Sidonia durante el mes de agosto de 1473, tras la expulsión de los conversos cordobeses queda manifiesto cuando los acoge en Sevilla, pero debido a las tensiones que se generaron contra ellos, decidieron abandonar la ciudad tras obtener el permiso ducal, para dirigirse hacia Gibraltar. Sin embargo a finales de julio de 1476 y sin ninguna causa aparente fueron estos mismos expulsados por el duque abandonando la ciudad de Gibraltar. En la actualidad, guarda la localidad gaditana de Medina Sidonia en la Insigne Iglesia Parroquial Matriz Santa Maria la Mayor La Coronada, unos bancos (s. XVI) del tribunal inquisidor, del cual formaba parte un fraile dominico entre los demás miembros. El numero de conversos afectado fue de 125 personas, “aunque se trata siempre de cifras parciales, hay que suponer que, una de dos, o el numero de converso era mucho mas bajo de lo que tradicionalmente se ha supuesto, o muchos de entre ellos jamás tuvieron que ver, para su buena fortuna, con los inquisidores [2] ”. Hasta el año de 1.766 no hubo altares en esta nave de la Epístola, ya que desde 1.499 en que la Inquisición empezó a ajusticiar a los judíos, se iban colgando en la pared de esta nave los sambenitos (cuadros) de los procesados por la Inquisición en la ciudad.
“Respecto a judíos y conversos, no debemos echar en olvido la protección que sus estados siempre les dispenso Rodrigo Ponce de León, al igual que otros grandes señores de la región. Ello propicio el establecimiento en la capital gaditana de una pequeña comunidad judía, de la que hay constancia en la documentación fiscal de la segunda mitad del siglo, sobre todo desde que en 1484 fueran expulsados de Sevilla y Jerez de la Frontera. El marques recibió a mas de ocho mil personas, a las que “mando acoger a facer mucha honrra”. Hay noticias de algunos componentes de la lajaza gaditana en 1485 – los Abensemerro – dedicados al comercio, al préstamo con interés y al arrendamiento de rentas señoriales. A pesar de la protección de la autoridad, los judíos gaditanos habían empezado a huir al extranjero ya en 1485, aunque el fin de la aljama se produjo en 1492, sirviendo Cádiz de puerto de concentración y salida para los expulsados [3]. Como conclusión podemos decir, que los judíos constituyeron en Cádiz una comunidad pequeña y, al parecer, muy tardía, forzada por la circunstancia de la expulsión de los hebreos en otras ciudades. También parece que la actividad de la Inquisición en dicha ciudad fuera escasa, aunque no existe confirmación sobre este dato» [4].
En el año 1812 quedo redactada en la ciudad gaditana la primera Constitución, declarándose el 22 de febrero de 1813 la “incompatibilidad con la constitución política de la monarquía” la existencia del Tribunal de la Inquisición. Un día después, la Regencia del reino abolió el Santo Oficio. No obstante, su sustitución por los tribunales de la fe, denota una reforma del tribunal oculta [5] . Formando parte de un monumento escultórico ubicado en la Plaza de España, podemos observar a la espalda del Monumento a las Cortes una placa conmemorativa que hace referencia a dicho momento histórico.
Dicen los cronistas sobre Arcos de la Frontera, que el pasado de esta maravilla urbana se hunde en los oscuros tiempos cuando el rey Brigo, nieto de Noé, plantó aquí el germen de un poblado. Leyenda o realidad, si es cierto que la villa recibió en el pasado el nombre de Arcobrigan. Las huellas sefardí son casi inexistentes aunque si se presume de la presencia de una comunidad judía. Entre ellos figuraban Luis y Maria Guiomar de Miranda, naturales de Coín y residentes en la localidad arcense [6] . Los vestigios de la Inquisición palpitan aun en la ciudad, donde presuntamente solía levantarse en la Plaza del Cabildo diversos graderios para consumar la celebración de los tediosos autos de fe y condenas por herejía. Los condenados, mayoritariamente judíos o moriscos, eran conducidos y ataviados con el sambenito hasta el Cerro de la Horca, al norte de la villa para ser quemados vivos o en efigie en muchos casos.
En esta misma plaza se asoma la grandiosa Basílica Menor Santa Maria de la Asunción, siendo en el pasado templo romano, basílica visigótica, mezquita mayor […]. En su portada occidental se contempla en el pavimento del atrio un círculo de piedra, compuesto por doce dovelas blancas, en la que se observa distintas constelaciones, que se alternan con otras de color rojo. Este llamado “Circulo Mágico” es un punto enigmático del legado Sufí, en su vertiente esotérica del Islam. Originariamente el círculo se encontraba en el interior del recinto de la antigua mezquita, hoy día la Basílica.
Ante los temores alzados de que la Santa Inquisición pudiese destruirlo por su uso en rituales llevados a cabos por judíos y cristianos, gente implicada y lucidas concluyeron su traslado al exterior alcanzando con dicho propósito, que pasara como un simple adorno urbano más del entorno, tal como figura hoy en día. A la espalda de la Basílica se ubica el Callejón de las Monjas, formando parte del trazado urbano y que da acceso según indican las crónicas, a la antigua judería desaparecida bajo los vandálicos asaltos que fomentó el pogrom de 1391. La sinagoga estaba en el lugar que hoy ocupa la capilla gótica de La Misericordia, en cuyo interior destaca una artística bóveda con estrellas de cinco puntas pintadas con el color verde de la Inquisición. Durante el siglo XVI, Arcos ve como se alza en el corazón de su casco medieval soberbios palacios, iglesias con carácter catedralicio, conventos taciturnos y una atmósfera de temor inspirada por la Inquisición.
Entre las aljamas de mayor relevancia que fueron reconquistadas en Andalucía por los cristianos, encontramos en nuestra provincia la que se asentaba en Jerez de la Frontera, donde hoy en día permanece en su trazado urbano nombres como Honsario, Judería o Arcos. “La C/ Judería constituía con otras calles el barrio dado a los judíos en 1264 por Alfonso X el Sabio. En él había dos sinagogas, un hospital y una alhóndiga, desplomándose la ultima sinagoga en 1479. A una parte de esta calle se le ha llamado también Muladar de Carballo, y calle de la Sinagoga; es la plazoleta formada detrás de la Tornería. La otra sinagoga estaba donde hoy el Colegio del Santo Ángel, C/de Alvar López, San Cristóbal y Tornería. Es evidente que no tenía el actual perímetro del Colegio; sino sólo lo que ocupa la casa principal, calle Tornería o poco más. La C/Honsario formaba parte del antiguo Fonsario de los judíos, concedido después de la Reconquista a la Aljama respectiva de la ciudad por Alfonso X. Dicho enterramiento comprendía el terreno entonces despoblado desde San Francisco a Sto. Domingo, con dirección a la Carrera de Arcos. De dicho fonsario hizo donación la ciudad en 1469 a Martín de Vera, hijo de Pedro de Vera. La construcción de casas por esta zona empezó en 1395 y continuó en 1460, celebrado ante Juan de Torres, se manda sacar a çienso e tributo los solares de la parte cerca del fonsario de los judíos para edificar en ellos.
La construcción de casas en la Calle Arcos consta empezó por los años 1391 a 1395. Se comprueba en la escritura publicada en la colección “Nuevas memorias judiegas” [7], otorgada por la Aljama de los judíos de Xerez a favor de los frailes dominicos de la ciudad, en que les venden aquéllos el fonsario en que se enterraban los judíos que es entre la Puerta del Real a la Puerta de Sevilla, en linde con el valladar de los cambrones de la huerta de la dicha Orden, o con el camino que sale de la Villa e va a Arcos e con la caba (foso) que está cerca del muro de la Villa (calles hoy de Bizcocheros, Honsario, Arcos, Honda, Naranjas e intermedias) o sea el perímetro limitado por las de Bizcocheros (valladar de la Huerta), camino de Arcos (calle de Arcos), calle de Fonsario (hoy Honsario) y caba cerca del muro y arroyo que sale de dicha caba (hoy calle Honda) y su prolongación a la Puerta de Sevilla” [8]. Con la expulsión de la comunidad judía de Jerez de la Frontera se le concedió, por privilegio de don Fernando V, al Real Convento de Santo Domingo ciertas viñas en Tabajete, que le fueron confiscado a la comunidad (M. de Bertemati, Historias e historiadores de Jerez, pag. 182) en el año 1492.
El historiador portuense Don Hipólito Sancho de Sopranis exponía lo siguiente en sus textos recogido en el libro Historial Social de Jerez de la Frontera: “Pocas juderías
habrán sido estudiadas como la de Jerez, cuya importancia está reflejada en el repartimiento oficial de la ciudad, que consagra un apartado especial a los seguidores de la Ley de Moisés, a quienes se reparten casas y constituye un barrio aparte. Por el número de sus pobladores, por las dos sinagogas que en ella existieron, por su persistencia en el tiempo y por los privilegios con que los reyes distinguieron a sus moradores, la judería xericiense debió ser una de las principales del mediodía, del ya extenso reino castellano, ocupando no escasa superficie del no muy abundante espacio abarcado por las murallas de la ciudad. Sita en las proximidades de la puerta de Sevilla, donde años después se levantó el monasterio de San Cristóbal y calles aledañas, alguna de las cuales aún conserva su nombre, se extendía fuera de muros con un amplio fonsario (cementerio judío) que contorneaba parte del lienzo de muro que iba desde la puerta de Sevilla a la del Marmolejo o Real y algunas escrituras nos muestran a sus habitantes poseyendo casas y heredades en los arrabales y alfoz jerezanos, cosa poco corriente entre hebreos…”
Los judeoconversos de Jerez de la Frontera y del obispado de Cádiz, entre otros, fueron afectados por medidas de habilitación a finales del siglo XV después de haberse visto implicados por la Inquisición debido a la condena previa de algún pariente. Jerez de la Frontera, como todas las poblaciones del bajo valle del Guadalquivir, fue tocado irremediablemente por la explosión anti judía de 1391. En muchas ciudades un porcentaje considerable de la población judía optó por la conversión antes que el martirio, pero muchos núcleos hebreos persistieron a pesar del peligro [9] . En estudios sobre la población judía de Jerez en la Baja Edad Media se ha podido constatar la envergadura de dicha comunidad situándola entre las mayores de Andalucía [10] . En el siglo XIII se encontraba la judería físicamente apartada por murallas que aun se pueden visualizar, contando con una comunidad que formaba casi un 5% del total de la población original alfonsí [11]. El Libro del repartimiento de Alfonso X el Sabio, aporta muy pocos datos sobre los oficios ejercientes en la comunidad. Hace referencia a un alfayate (sastre), a un alamín o maestro de tejedores y a un carnicero. Sólo en un caso alude a un labrador. Destaca la existencia de hasta tres rabinos o doctores de la ley talmúdica.
Las fechas del abandono de España por los judíos expulsados no están muy concretadas pudiendo existir una diferencia de uno o más días, entre unos y otros grupos expulsados. De ello muchos de los expulsados tomaron el destino a zonas mediterráneas y al norte de África, sobre todo los que embarcaron en Cádiz y El Puerto de Santa María. “Un gran tropel de hebreos embarco en 25 naos con destino a Orán, confiados al capitán Pedro Cabrón (sic). Sorprendidos ante la rada de Mazalquivir por el pirata Fragoso, el mas temido del Mediterráneo, ajustaron con el, representados por el rabí Leví ha – Cohen, la entrega de 10.000 ducados a cambio de permitirles el desembarco; pero no fiándose de ellos, a medio noche levaron anclas rumbo a Arcilla. Una tormenta hizo naufragar ocho buques, con muerte de la tripulación y viajeros, mientras los 17 restantes alcanzaban Cartagena. Centenar y medio de hebreos solicitaron el bautismo y se incorporaron a sus antiguos destinos. El resto se hizo a la mar, pero una nueva tormenta les devolvió a la costa española, donde 400 supervivientes se hicieron cristianos en Málaga, mientras otro grupo, perseverante en su fe, prosiguió su desgraciada odisea hasta Arcilla, donde les aguardaba nuevas desventuras. La “kehila” oranesa seria en adelante una de las mas prosperas del mundo mediterráneo, hasta su clausura en 1669 por las autoridades españolas [12]. Otras naos partían con destino a la plaza portuguesa de Mazapán, Marruecos…
…demandando a Dios misericordia, pensando ver algunas maravillas de Dios e que les había de abrir camino por la mar e desque estuvieron allí muchos días no vieron sobre su sinon mucha fortuna, algunos non quisieron ser nacidos e ovieron de embarcar en veinticinco navíos e naos de gavia… e tomaron la vía de Oran [13].
Lo que interesa de este testimonio no es el hecho de que partieran los judíos como es conocido, sino más bien que solamente algunos ovieron de embarcar, mientras que muchos otros debieron elegir la permanencia a cambio de la conversión forzosa en ese mismo emplazamiento portuario. Si añadimos los numerosos exiliados hispano-hebreos que retornaron después de ver las atroces condiciones a que se veían sometidas en el exilio [14], posiblemente la población conversa que finalmente decidiera afincarse en el Puerto de Santa María se vería inflada desproporcionadamente con respecto a otras poblaciones andaluzas o castellanas. La opción de asentarse en esta urbe marítima pudiera haber sido condicionado no sólo debida a que fuera un lugar económicamente viable para las empresas de los judíos emprendedores sino también constituía una puerta de escape expeditiva en caso de futuras persecuciones hacia los neófitos [15].
Maria Jose Arevalo Gutiérrez (©), 2.011
María José Arévalo Gutiérrez (1967) nació en Goslar (Alemania), siendo hija de emigrantes, retornando a España en el año 1985. Diplomada en Turismo, cuenta con un amplio currículum académico, donde se especializo en el sector Vitivinícola (Master) y Gestión de Empresa (MBA). Su carrera profesional se ha realizado durante más de dos décadas en el sector turístico y últimamente se esta desarrollando en el ámbito de la docencia. Como proyecto mas próximo es la realización de su doctorado (PhD). Su inquietud e interés por el mundo judío, le vienen desde la juventud, entrando en contacto históricamente con el holocausto en Alemania, donde efectuó los estudios obligatorios. Su enamoramiento por Andalucía y su diversidad cultural, le llevaron a investigar los aspectos históricos – culturales en el ámbito mas cercano, entre ello la cultura sefardí. Colabora en varios boletines y revistas especializadas con el fin de aportar con su trabajo a la difusión de la información recabada.
[1] Ruta del Vino, Ruta de los Pueblos Blancos, Ruta del Toro y Ruta de la Costa Atlántica. [2] Ladero Quesada, M. A. (1.989), Historia de Sevilla, La ciudad medieval (1248 – 1492) [3] José Belmonte Díaz y Pilar Leseduarte Gil; La expulsión de los judíos auge y ocaso del judaísmo en sefarad, ediciones Beta III Milenio, S.L, 2007 P: 315 y 316. [4] Lomas Salmonte, F. J. [et al.] (2.005), Historia de Cadiz [5] R. de Vélez (1825, p. 252), alude a «…la abolición del santo oficio, no como extinguido, sino como reformado según nuestra antigua legislación», debido a la instauración de los tribunales protectores de la fe. J. Le Brun (1994), p. 341. Vid. L. Alonso Tejada (1969). J. M. Pérez Prendes (1994), p. 186-187. [6] Caro Baroja, J. (1.986), Los judíos en la España moderna y contemporánea, Vol. 3 [7] El Guadalete, folletines, 1892 [8] Muñoz y Gómez, Agustín, Noticias histórica de las calles y plazas de Xerez de la Frontera [9] Carrasco García, G, Judeoconversos de Jerez y el obispado de Cádiz a fines del siglo XV [10] No existen cálculos fiables sobre la población, pero así llegan a constatar Fidel Fita entre otros estudiosos de esta aljama andaluza: citado en SANCHO DE SOPRANIS, 1944. op. cit., p. 595 [11] González Jiménez y González Gómez, 1980, op. cit., pp. XXV y XLIV. [12] Villar, J. B.; Emigración Española a Argelia (1830 – 1900). Colonización Hispánica de la Argelia Francesa. Madrid, Instit. Estudios Africanos, 1975, p. 9. [13] Andrés Bernáldez, Historia de los Reyes Católicos…, citado en Hipólito SANCHO DE SOPRANIS, “La judería del Puerto de Santa María de 1483-1492”, Sefarad, XIII, 1953, p.322. [14] Ibid., p. 323. [15] El único problema con esta vía explicativa es que el Puerto de Santa María no fue la única ciudad por la cual salieron (y volvieron a entrar) los judíos a raíz del edicto de expulsión. Como nos menciona el propio Bernáldez, el puerto de Cádiz fue otro de los puertos encargados de efectuar el forzado desplazamiento de los judíos irreductibles. Sin embargo, los conversos de Cádiz en las nóminas están casi ausentes.
Siempre eSefarad.com es fuente de conosimiento en cualquier tema que se pretende conocer….MUCHAS GRACIAS A USTEDES ….LIC LAZARO MEDINA
Gracias Lalo!!!