Cientos de tallas con letras hebreas o temas judíos, realizados después de la inquisición del siglo XVI, se encuentran en los hogares por toda la región.
Investigadores portugueses han catalogado cientos de marcas secretas que los judíos dejaron en las estructuras de sus casas en el municipio del norte de Portugal de Seia, después de su conversión forzosa al cristianismo.
Tres miembros del equipo – Alberto Martinho, José Levy Domingos y Luiza Metzker Lyra – dicen que encontraron 500 marcas en Seia, incluyendo letras hebreas codificadas y palabras talladas en las paredes de las casas, donde judíos convertidos vivían, así como hendiduras distintivos en marcos de las puertas de piedra donde los residentes colocaban las mezuzot.
Martinho, dijo a la agencia de noticias portuguesa Lusa, el viernes que los resultados “dilucidan la presencia judía” en la región. Según José Oulman Carp, presidente de la comunidad judía de Lisboa, Portugal tenía una población judía de aproximadamente 400.000 judíos en 1536, cuando comenzó la Inquisición portuguesa oficialmente.
Muchos de los judíos en Portugal eran refugiados de la vecina España, donde la Inquisición – una campaña organizada de persecución dirigida por la Iglesia Católica – se inició en 1492. La persecución en Portugal obligó a muchos judíos en el exilio, mientras que los que se quedaron se conocían como “cristianos nuevos”, aunque muchos de ellos continuaron practicando el judaísmo en secreto y desarrollaron costumbres especiales a fin de diferenciarse del resto de la población.
El Parlamento portugués a principios de este mes aprobó una ley que dice que los descendientes de judíos que fueron expulsados tienen derecho a la ciudadanía. Un proyecto similar se está preparando en España.
Según los investigadores, quienes están programados para publicar su estudio completo dentro de dos semanas, se encontraron con 42 casas marcadas en el pequeño pueblo de Santa Marinha. La ciudad de Trancoso tiene muchas casas marcadas, dijeron.
Fuente: Aurora Digital
—————————————————————–
Agradecemo a Ariel G Liso, integrante del grupo Caminos de Sefarad por hacernos conocer la publicación de este artículo.
—————————————————————–