César Fernández: “Para los sefardíes, España es una patria emocional a la que volver”

César Fernández, presidente de la Red de Juderías de España. / M.G.
César Fernández, presidente de la Red de Juderías de España. / M.G.

 

César Fernández nació en la localidad orensana de Ribadavia en 1979. Es profesor de filosofía, aunque desde el año 2015 está en situación de servicios especiales, ocupando diferentes cargos dentro de la administración pública. Actualmente es el alcalde de su localidad de nacimiento y es presidente de turno de la Red de Juderías de España “Caminos de Sefarad”. Gestiona, pues, un legado histórico e intemporal.

–¿De dónde le llega el vínculo con la comunidad sefardí?

–Mi vínculo nace del convencimiento de que la historia sefardí es parte esencial de la identidad de España. No se trata sólo de un interés académico, sino de una responsabilidad: recuperar una memoria que forma parte de todos.

–La Red de Juderías de España cumple en este 2025 los 30 años. ¿Qué evolución ha descrito en estas tres décadas?

–Hemos pasado de ser una red pionera a consolidarnos como referente internacional. En estos treinta años hemos logrado que las juderías sean espacios vivos, con proyectos culturales, turísticos y educativos que trascienden las propias ciudades.

–Cuando empezó la Red, la capacidad de difusión era más limitada. ¿Cómo dar visibilidad con las nuevas tecnologías?

–Hoy contamos con herramientas que van mucho más allá de la difusión tradicional. Con iniciativas como Phygital, no sólo damos visibilidad, sino que modernizamos la gestión turística y mejoramos la experiencia del viajero. Queremos que quien visite una judería no solo pasee por sus calles, sino que viva un viaje cultural inmersivo, con información y propuestas en tiempo real. Esto supone un salto cualitativo que convierte a la Red de Juderías de España en un destino cultural de vanguardia, capaz de atraer y fidelizar a públicos muy diversos.

–Ahí se enmarca el programa Phygital, gestionado por la Secretaría de Estado de Turismo del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. ¿En qué consiste?

–Phygital es un proyecto pionero dentro del programa Experiencias Turismo España, que une lo físico y lo digital para ofrecer una experiencia plena al visitante. Se trata de un sistema que, mediante nodos inalámbricos, recoge de forma anónima datos de los dispositivos móviles y genera un mapa de calor en tiempo real. Esto nos permite conocer rutas, horarios y puntos de interés, y así diseñar propuestas culturales, gastronómicas o de ocio más atractivas. La finalidad es acompañar al visitante en el descubrimiento del legado judío de cada ciudad, de una manera respetuosa, emocional y participativa.

–¿Percibe que la opinión pública española no es consciente del enorme peso de ese legado sefardí?

–A menudo lo tenemos tan integrado en nuestra cultura que lo damos por hecho. Palabras, costumbres culinarias, expresiones musicales… forman parte de nuestra vida cotidiana sin que seamos conscientes de su origen sefardí, por eso es muy importante que la ciudadanía tome conciencia de este legado histórico.

–¿Hasta qué punto ha sido efectiva la ley de 2015 que trató de reparar el daño histórico?

–Fue un gesto valiente y muy simbólico, que abrió la puerta a miles de descendientes sefardíes. Pero lo más importante no son las cifras, sino el mensaje: España reconoce su deuda histórica y tiende la mano a esa parte de su diáspora.

–¿Cómo sería España hoy sin ese histórico Edicto de Granada de 1492?

–Es muy difícil elaborar una hipótesis sobre el curso de la historia basada en hechos diferentes a los que ocurrieron, pero seguramente seríamos un país aún más diverso y enriquecido culturalmente. La expulsión no sólo supuso la pérdida de una comunidad, sino de un caudal de talento, creatividad y comercio que marcaba la vida de nuestras ciudades.

–¿Cómo invitar a disfrutar más de las juderías a ese creciente caudal de turistas?

–Con experiencias que vayan más allá del simple paseo. Gastronomía, música, festivales, rutas interpretadas… todo lo que permita vivir la judería como un espacio cultural en movimiento.

–Pasear por las calles de una judería transmite paz. ¿Qué valor tiene hoy eso?

–Es un auténtico lujo en una sociedad acelerada. Las juderías nos recuerdan que hay otro ritmo posible, que la belleza de lo pequeño y lo íntimo sigue siendo un refugio necesario.

–¿En qué países late más ese vínculo de los descendientes sefardíes con España?

–Principalmente en Israel, Turquía, los Balcanes y América Latina. Para ellos España no es un país extranjero, sino una patria emocional a la que quieren volver, aunque sea simbólicamente.

–“Aleluya” es una de tantas palabras de origen hebreo que usamos. ¿Qué le haría gritar “¡aleluya!” en su gestión como presidente?

–Lograr que cada ciudad de la Red de Juderías sea reconocida no sólo como destino turístico, sino como lugar de memoria y de futuro, donde el legado sefardí se viva con orgullo y naturalidad.

Por Juan Antonio Solís
Fuente: Diario de Sevilla | 27 de agosto 2025

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One comment

  1. Magnifica entrevista la concedida aqui por el Presidente de la Red de Juderiás de España, con cuyos contenidos me identifico plenamente (y no creó ser el único) «SEFARAD» resuena aún hoy a esa pátriá «perdida» a la que se añora en la distancia por parte de no pocos sefaradies, permanece pues como una referencia sentimental inexcusable en la mémoria colectiva de todos ellos …Pero más allá de ello, se ha convertido gozosamente, en un hogar de acogida para aquellos que asi lo deseen, superando de este modo la ausencia de tantos siglos y la amargura de un exílio forzado …el reencuentro con raices que aún perviven en el tiempo, y el sentírse «españoles de pleno derecho» en su condicion de sefaradies, contribuye a mi juicio a su reinsercion a un tejido social del que desde tiempos inmemoriales formaron parte …recorrer hoy las juderias, nos situa de lleno en aquel periodo de la historia, que deseamos no constituya solo un legado del pasado, ni una nostálgia en el tiempo, sino una realidad cultural plena, que a todos pertenece defender y conservar como parte de un patrimonio colectivo, valioso y querido

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