Cementerios sefaradíes de Buenos Aires

El siguiente texto fue escrito por Paul Armony (zl) ex presidente y uno de los fundadores de la Asociación de Genealogía Judía de Argentina. Si bien centraliza la investigación en los cemenetrios de origen azquenazi, relata también la historia de los primeros cementerios sefaradíes del Gran Buenos Aires:

La Comunidad Judía en Buenos Aires tiene su primer intento de organizarse en 1862, cuando ya había unas decenas de judíos. Recordemos que la primera boda según el rito judío fue autorizada recién por la Justicia a fines de 1860. Suponemos que a partir de esos años hubo fallecidos de fe judía. ¿Dónde los enterraron? En la Recoleta hay varios panteones con símbolos judíos pero eran familias de descendientes de conversos, así que no eran realmente judíos.

En la manzana que es hoy la Plaza 1º de Mayo sita entre las actuales calles Hipólito Yrigoyen (ex-Victoria), Pasco, Alsina y Pichincha, funcionó el Segundo Cementerio de Disidentes entre 1833 y 1923 .

En ese lugar se enterraron a los primeros judíos que vivieron en Buenos Aires, entre 1870 o antes y 1892, pues no se autorizaron más entierros allí y se creó en el Cementerio del Oeste (Chacarita) el Sector de Disidentes, hoy dividido en Alemanes y Británicos. Los restos enterrados en el anterior fueron trasladados (no todos), en 1919 al nuevo Cementerio de Disidentes (Chacarita). También los judíos continúan enterrando junto a los disidentes ahora en Chacarita, desde 1892 (sólo se pudo enterrar allí hasta 1900) mientras continúan sus gestiones en pro de un cementerio propio.

La Comunidad Israelita (CIRA, la del Templo de Libertad), en 1879 ya había empezado a reunir fondos para comprar un cementerio y en 1885 un grupo de sus socios crea la primera Chevrá Kedushá (Sociedad Piadosa) para conseguir el cementerio judío. Tras varios años de gestiones ante la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, desde 1888 a 1892, se consigue el 14 de junio de1892 la autorización para enterrar en la Manzana 6a. de la Sección 14a. de Chacarita. Se construyó entonces el recinto para el lavado de los fallecidos, según exigía la Municipalidad para habilitarlo como cementerio judío, pero como dice Boleslao Lewin en «Cómo fue la Inmigración Judía a la Argentina» pág. 61: «…básicamente por causas monetarias, pero cabe suponer que también por motivos religiosos, no llegó a convertirse en tal» y en el «Libro de los 100 AÑOS de la AMIA» en la pág. 39, se dice: «debido a una falta de postura decidida por parte de los responsables de la comunidad»

SE FUNDA LA JEVRA KEDUSHA (AMIA)

Otras entidades se interesan por el tema y el 26/9/1893 se inician gestiones por iniciativa de la «Unión Obrera Israelita Poalei Tzedek» para la fundación de una Sociedad de Entierros y con el apoyo del rabino Joseph y varios miembros de la CIRA más otros prominentes judíos, el 11 de febrero de 1894 se funda la JEVRA KEDUSHA ASHKENAZI «JKA» antecesora de la actual AMIA, que de inmediato se aboca a conseguir un cementerio .

Mientras tanto se seguía enterrando en el Sector Disidentes de Chacarita. Pero en 1897 debido al alto número de judíos enterrados (23 en 1895 y 36 en 1896), se le avisó a la JKA que no se autorizarían más entierros judíos allí por falta de lugar, pero se consiguió prorrogar los entierros sólo hasta el año 1900.

Se consigue entonces arrendar en 1900 la Sección 6a. del Cementerio de Flores pues era tierra virgen y sin consagrar por los católicos. Allí se entierran desde el 1900 hasta 1935 más de 800 judíos, según cita Boleslao Lewin. También se menciona en el Libro de los 100 Años de la AMIA que en 1906/07 se enterraron en forma ritual judía 169 fallecidos, más que todos sus asociados de ese entonces.

La Jevra Kedusha en 1901

La solución del cementerio de Flores no era la deseada y sólo fue una posibilidad temporaria. Había varias posibilidades de compra de terrenos para cementerios, pero la JKA tenía muy pocos socios y poco dinero. Por lo interesante mencionamos lo siguiente: En 1901 el Secretario rentado de la JKA debió ver reducido su sueldo de 30 a 20 pesos, ya que no había ingresos suficientes pues con 70 socios sólo ingresaban 67 pesos por mes y también debieron renunciar al teléfono por no poder pagar su costo.

Sin embargo, señala Victor Mirelman en «En Búsqueda de una Identidad» en 1901 ya había en Buenos Aires unos 8000 judíos que se reunieron para las Altas Fiestas en 23 congregaciones diferentes, 19 ashkenazim y 4 sefaradim.

Los impuros

Existía entonces un sector de judíos muy ricos que estaban dispuestos a dar todo el dinero necesario para comprar un cementerio, inclusive sin pedir ser aceptados como socios. ¿Quíenes eran? Los tratantes de blancas, o sea los que manejaban el negocio de la prostitución con mujeres de origen judío, traídas de Europa engañadas. Eran los «Tmeiim» o «T’meim» (impuros en idish) o «caften» o rufianes. En histórica decisión se rechazó su ofrecimiento en 1898

De hecho, ellos fueron casi los primeros inmigrantes judíos a la Argentina, ya que se los menciona en diarios argentinos en 1879. Cuando llegaron las embarcaciones Weser, en 1889, y Pampa, en 1891, los rufianes fueron a visitar a los inmigrantes para intentar atraer jóvenes bonitas a su negocio.

Eran ashkenazim en su mayoria y al ser rechazados por las organizaciones judías ashkenazim, decidieron tener sus instituciones propias: cementerio, sinagoga, rabinos, sede social, etc. Los Tmeiin adquirieron entonces en 1900 un terreno al lado del Cementerio Municipal de Barracas al Sud, hoy Avellaneda, donde hicieron su propio cementerio.

Primer Cementerio Judío Sefaradí

Los sefaradim eran entonces un 25% de la comunidad judía y ante el fracaso de sus gestiones de adquirir un cementerio en común con los ashkenazim, pues estos les exigían un aporte del 50%, en lugar del 25% según la proporción correcta según sus integrantes, debieron buscar la solución de los cementerios por su cuenta.

Los marroquíes le compraron a los Tmeiin una gran parte del terreno de estos en Avellaneda, y crearon el Cementerio Marroquí (ACILBA). Este fue inaugurado en 1900, como el primer cementerio judío de Buenos Aires Hoy tiene más de 2.200 tumbas.

El cementerio de los Tmeiin está en ruinas y fue vandalizado para robar los mármoles y buscar joyas en las tumbas. Hoy está al cuidado de los marroquíes de ACILBA, por estar al lado.

LINIERS: Primer Cementerio Judío Ashkenazi de Buenos Aires en 1910

Los Ashkenazim siguieron luchando por conseguir un cementerio propio, hasta que en 1910 compran un terreno para tal fin en la localidad que hoy es Ciudadela, del lado de la provincia de la Av. General Paz. Se llamaba a esa zona Liniers, de allí quedó la denominación.

Los que visiten Liniers verán que hay muchas tumbas amontonadas al final del terreno, pues debido a las ampliaciones de las avenidas que rodean el Cementerio, se expropió parte del lote y hubo que trasladar tumbas.

Este terreno costó $160.000, con un pago al contado de $53.000, para los cual el tesorero de la JKA, Naum Enquín, debió prestar $16.000 de su bolsillo, pues no había fondos suficientes. Los restantes 107.000 debían pagarse en 3 años, lo que no pudo cumplirse y ocasionó múltiples inconvenientes a la JKA.

¿Porqué no hay Cementerio en Buenos Aires?

En 1921 se consiguió la autorización para habilitar un cementerio judío en una fracción de tierra ubicada en la calle Punta Arenas (Chacarita) que se había comprado para tal fin. Debido a que no se realizaron rápidamente las obras requeridas para la habilitación, la Sociedad de Beneficencia que quería hacer un Hogar para Huérfanos en un terreno lindero y también los vecinos de la zona pudieron presentar reclamos pidiendo la anulación de dicha habilitación.

Comenzaron largos debates en el Consejo Deliberante. Hubo varios sectores enfrentados. Los socialistas se opusieron a la habilitación en razón de que «no se debía hacer diferencia en la muerte, entre los habitantes argentinos, que eran iguales en la vida tanto en derechos como en libertades». Con el voto socialista la habilitación fue cancelada y además se prohibió para siempre habilitar cementerios privados en el ámbito capitalino. Esa misma idea impidió a la comunidad judía de la Ciudad de Montevideo tener su cementerio en Montevideo y debieron conseguirlo en Canelones, otra localidad uruguaya.

Al fracasar la gestión de Punta Arenas se buscaron otras alternativas tales como ampliar el cementerio de Liniers. En 1928 se compró el terreno lindero anexo, que se integró al cementerio con el nombre de «Parte Nueva».

En 1929 la JKA inauguró su segundo cementerio ubicado en Ciudadela, que lo obtiene comprando una parte del terreno que poseen allí los judíos de origen Alepino (AISA).

Otra parte de este terreno fue vendido también en 1929 a los judíos de habla latina, griegos y de los Balcanes (ACIS). Por eso en Ciudadela hay tres cementerios juntos.

En 1952 ACIS (comunidad de habla latina) adquiere el Cementerio de Bancalari, pues Ciudadela está casi colmado. Bancalari se inaugura en 1955.

Mientras tanto en 1913 se inician entierros de judíos ashkenazim en el cementerio de Lomas de Zamora, único del Gran Buenos Aires que no pertenece a la AMIA. Está al lado del Cementerio de los judíos de origen Damasceno (BENETH EMETH).

La AMIA logra abrir su tercer Cementerio en 1935 al comprar a la comunidad sefaradí “Socorros Mutuos” la mayor parte del Cementerio de Tablada, que estos habían habían habiltado en 1930 gracias a un decreto de Uriburu.

Posteriores compras de terrenos linderos agrandaron el Cementerio de Tablada a lo que es hoy. Estas ampliaciones originaron numerosas quejas de los vecinos de la zona hoy fuertemente industrializada.

La extensión del cementerio dificulta la vigilancia y control del mismo, por lo que a menudo hay hurtos y robos así como actos de vandalismo y destrucción de tumbas.

BERAZATEGUI: Cuarto Cementerio

En 1957 la AMIA adquiere su cuarto Cementerio, el de Berazategui, a la Asociación AGUDAT ISRAEL, (HEIJAL HA TORA) de tendencia religiosa ortodoxa que había comprado dicho terreno en 1952 para hacer su propio cementerio, en razón de un enojo entre ambas instituciones por la cancelación de un subsidio a las escuelas religiosas judías de AGUDAT.

En 1957 se llega a un acuerdo entre las Instituciones y la AMIA le reintegra el subsidio, y le compra el cementerio.

Así la AMIA llega a tener hoy en día, 1999, CUATRO CEMENTERIOS en actividad. lo que constituye una pesada carga económica, pues dos de ellos Liniers y Ciudadela están prácticamente completos y sin entierros nuevos que proporcionen ingresos frescos.

CEMENTERIOS SEFARADIES

Los sefaradíes tienen SEIS cementerios:

• AVELLANEDA (marroquí);

• CIUDADELA (dos cementerios juntos: judíos de Alepo de AISA y judíos de habla latina de ACIS).

• LOMAS DE ZAMORA ( el de Benet Emeth de judíos de Damasco);

• TABLADA ( el sefaradi de Socorro s Mutuos) y

• BANCALARI ( el nuevo de los judíos de habla latina, ACIS).

En total son ONCE los Cementerios Judíos que están en el Gran Buenos Aires los cuatro de la AMIA: LINIERS, Ciudadela, TabladA y BERAZATEGUI, más el asheknazi de Lomas de Zamora y los seis sefaradim.

Hoy hay que agregar uno más: COLINAS DEL TIEMPO. (Privado). Hubo gestiones para integrarlo a la AMIA, pero fracasaron por oposición de los religiosos, debido a que creen que allí estaría enterrado un no judío según la Halajá.

COMO UBICAR LAS TUMBAS

En Tablada la AMIA ha instrumentado un sistema de información perfecto para los familiares de los fallecidos. Se busca primero en la computadora por el apellido, luego por el nombre se ubica al fallecido y se pide la impresión de un mapa del cementerio que también trae la indicación del camino a seguir para llegar a la tumba. La señalización sin ser perfecta es bastante buena y se puede acceder fácilmente al lugar.

En Tablada hay muy largos recorridos entre los diversos sectores que si se desea visitar varias tumbas hay que caminar mucho. Para personas con dificultades hay carritos eléctricos para transportarlas.

En Liniers es algo más complicado ubicar las tumbas pues la señalización es más escasa. Los propios peones no conocen bien los sectores y uno anda un buen rato hasta encontrar la tumba buscada. Por suerte el cementerio es chico y al final se la encuentra.

ESTADÍSTICAS DE ENTIERROS

Con la tabla que publicamos aquí iniciamos una información que creemos de suma utilidad para la historia de la Comunidad Judía en Argentina.

Resumiendo: De los Cementerios de Disidentes no tenemos aún ninguna información.

Del Cementerio de Flores, sabemos por B. Lewin que se enterraron allí más de 800 judíos, de ellos hay en Liniers sólo 170. Falta información del resto.

En Liniers hay 23.033, en Ciudadela (ashkenazi) unos 7000. En Tablada hay más de 90.000, lo sabremos con más exactitud cuando tengamos la actualización pedida.

En Berazategui hay más de 12.000, igual comentario que en Tablada.

O sea que en total la AMIA enterró desde 1910 a la fecha a más de 132.000 judíos en sus cementerios.

Fuente: La Floresta Web