Lorenzo Rodríguez aboga por adecuar los yacimientos con vistas al turismo mientras insiste en retomar una ruta sefardí provincial con el apoyo de Burgos.

La Mota de los Judíos vuelve a poblarse esta semana de arqueólogos para iniciar la tercera fase de las excavaciones que hasta el momento han permitido redescubrir los antiguos asentamientos de Catrillo y extraer piezas de gran valor histórico. Como era de esperar, el alcalde del municipio, Lorenzo Rodríguez, afronta con «mucha ilusión» el retorno de una actuación que en términos generales pretende «consolidar» los yacimientos y orientarlos al turismo.
Bajo esa premisa, el regidor apuesta por promover visitas guiadas y «excursiones» al lugar. Para ello, se realizarán trabajos de adecuación y señalización del terreno. Cierto es que ya se han organizado recorridos con anterioridad, pero Rodríguez asegura haber recibido «muchas llamadas», sobre todo de otros países, e incluso colegios interesados en conocer la zona.
De momento, se conforma con que la intervención recobre el «impulso» de las dos anteriores etapas gracias al apoyo económico de la Diputación Provincial, que aporta una ayuda de 20.000 euros a los que se suman otros 9.000 de las arcas municipales. Teóricamente, la cuarta fase de las excavaciones se desarrollará a lo largo de este año. Su financiación correrá a cargo de laJunta de Castilla y León, que ya sufragó anteriormente los trabajos con una partida de 35.000 euros. Por el momento, Rodríguez desconoce cuál será la cantidad asignada, pues todo depende de que se resuelvan los presupuestos autonómicos.
Al margen de las excavaciones, el primer edil aboga por retomar un proyecto aparcado pero con muchas posibilidades de revitalizar el medio rural en todas las comarcas. Se refiere al itinerario sefardí en el que participarían 14 localidades de la provincia como Belorado, Castrojeriz, Frías, Oña o Villadiego.
«Si queremos que los pueblos no se abandonen hay que ofrecer un atractivo», subraya Rodríguez ante su convecimiento de que la promoción del patrimonio de forma individual «no es rentable». Además, recuerda que el Camino de Santiago constituye un «atractivo» complementario a tener en cuenta de cara a rescatar una iniciativa sobre la que se prevén «nuevas reuniones» entre los ayuntamientos implicados.
A pesar de esa alianza corporativa que parece ir por buen camino, el alcalde de Mota de Judíos cree que el Consistorio capitalino debería involucrarse. Hasta ahora, afirma que los «contactos directos» con Burgos -inclusive el propio alcalde, Javier Lacalle- «no acaban de arrancar». Y eso que «hemos propuesto conciertos internacionales» que no han salido adelante.
En definitiva, lo que Rodríguez espera es un cambio de postura, ya que en su opinión la ciudad«no está desarrollando todo su potencial» en este sentido. Prueba de ello es su ausencia en un curso centrado en la cultura sefardí que impartirá este verano el Ministerio de Asuntos Exteriores y que contará con la participación de los ayuntamientos de Ávila, Segovia o Castrillo Mota de Judíos.
Expansión internacional
En su afán por dar a conocer el patrimonio de la localidad y afianzar sus relaciones con la comunidad judía internacional, Rodríguez viajará próximamente a México para reunirse con representantes del continente americano. Aparte de estrechar lazos diplomáticos, lo que pretende es buscar socios que ayuden a impulsar los proyectos que Castrillo tiene en mente como la construcción de un centro cultural sefarad o el desarrollo de actividades turísticas.
Otro de los pasos previstos en los próximos meses será la reconversión de la Asociación Cultural Mota de Judíos en fundación. De esta manera, sus impulsores confían en potenciar las acciones que llevan a cabo y otorgar mayor visibilidad a un proyecto que nació con la idea de tender nuevos puentes con la comunidad judía.
La «primera piedra» del Centro Cultural Sefarad se pondrá «en enero»
El proyecto más ambicioso de Castrillo Mota de Judíos consiste en la creación de un centro de interpretación de la cultura sefardí. Pero no es fácil impulsar una infraestructura de estas características porque el coste estimado de la intervención ronda los 500.000 euros. Quizá «algo menos», matiza Lorenzo Rodríguez, convencido de que se podrá «poner la primera piedra en enero», dado que los técnicos ya están trabajando en la redacción del proyecto de ejecución para «sacarlo en diciembre». De cumplirse los plazos, el museo podría abrir sus puertas a partir de 2019.
Fuente: elcorreodeburgos.com
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